viernes, 31 de octubre de 2014

El perdón en política

Sin duda alguna, estos días los políticos (que no la política) están viviendo unos dies horribilis, por culpa de algunos en particular, que se han dejado corromper por el poder económico de las empresas, a las que otorgan contrataciones públicas para obtener posteriormente unos favores, entre los cuales está la famosa puerta "giratoria" o el cobro de comisiones. Pero si a esto añadimos: las tarjetas negras, la terrible gestión de la crisis del ébola por parte del gobierno, los casos de financiación ilegal, el caso "Puyol" o los ERES de Andalucía, se provoca, con toda razón, el enfado de la población y un aumento progresivo de los fieles de "Podemos", ese partido al que ahora está tan de moda criticar.

A esto de atacar a la terrible corrupción (hasta la del PP) se han unido prácticamente todos los periódicos españoles desde El País a la Razón. Me gusta en especial la editorial del 29/10/2014 del ABC titulada: El PP debe luchar contra la corrupción con firmeza y hasta el final ya que coincido prácticamente con todo lo que está escrito algo que verdaderamente me sorprende y me hace dudar, ya que es un poco hipócrita atacar la corrupción y seguir pensando que los papeles de Bárcenas son falsos, pero bueno... El caso es que ABC termina su editorial con un duro golpe al gobierno:


"Rajoy y su equipo deben dar un paso al frente contra la corrupción. No estamos ante un problema epidérmico en el PP. Es hora de hacer algunos relevos y dejar paso a nuevos actores [...] El PP necesita además un código ético claro y rotundo. La máxima de que quien la hace la paga debería grabarse a fuego como nueva seña de identidad. El presidente del Gobierno y del PP ha de actuar mucho más rápido, asumir más claramente el discurso contra la corrupción y convertirlo en una de sus tareas prioritarias. Si no llega la reacción seria y sentida que exigimos, al PP solo le quedarán dos horizontes: o relevar a su cúpula actual o resignarse a que la sociedad condene en las urnas su carencia de reflejos y principios."

Sin duda alguna el gobierno, el PP debe actuar porque es su deber. Y no debe limitarse exclusivamente a arrepentirse, confesarse y pedir perdón como hizo la (neo)liberal Esperanza Aguirre y posteriormente el Presidente. Posiblemente a Rajoy le pudo su fe cristiana: entró y salió del Senado en procesión protegido por su curia vaticana de senadores y altos cargos, que tenían la misión de impedir a los periodistas hacer su trabajo. Y el pobre Mariano debió pensar que el Senado era un confesionario (ya se encargó de recordárselo Pedro Sánchez), pues ahí se confesó y pidió perdón: siento haber situado en puestos de los que no eran dignos a quienes en apariencia han abusado de ellos, siento (en otro sentido de la palabra) la "indignación y el hartazgo" de los ciudadanos ante la "acumulación" de escándalos de corrupción, y siento que me toca condenar los hechos e impedirlos (¿de que manera? ya nos lo dirá cuando le apetezca). 

¿Cuál será la penitencia tras la confesión de los pecados? ¿cuántos avemarías? ¿cuántos padres nuestros? ¿cuantos días de ayuno deberá padecer Mariano Rajoy? Si yo fuera su confesor, le recomendaría que para purgarse peregrinase a algún país lejano, o si es posible a la Luna. En todo caso la última palabra es nuestra, nosotros decidiremos en unas elecciones si absolvemos o no al señor Rajoy y al PP.

En política mejor que el perdón es tomar medidas y/o dimitir.

"Podéis ir en Paz"


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